Vertederos de moda rápida: estadísticas de la industria de la confección
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Cuando era niño, allá por los años 70, y pasaba los largos veranos en la granja de mis abuelos, las cosas eran muy diferentes. Era el fin de la época del dictador Franco, pero la gente todavía sufría las consecuencias. Teníamos toda la comida que queríamos gracias a nuestra tierra, pero todos estábamos acostumbrados a asegurarnos de que nada se desperdiciara. Todas teníamos un vestido para las ocasiones especiales y sólo la ropa necesaria para el uso diario. Cuando la ropa se hacía un agujero, mi abuela cortaba un trozo de una de las piezas viejas que tenía y la remendaba para poder seguir usándola. Cuando eran demasiado viejos para usarlos, sacaba todo lo que podía usarse (botones, cremalleras, etc.) y el resto lo cortaba en pedazos para usarlos como otra cosa o para hacer parches. En aquel entonces no había vertederos de ropa. Ahora tenemos más ropa que podemos usar y nos deshacemos de ella, no porque sea demasiado vieja, sino porque ya pasó de moda. Las nuevas modas van y vienen muy rápido y con ellas los vertederos crecen más rápidamente. Heredé parte del entusiasmo que tengo por reciclar de lo que vi mientras crecía. No remendo nuestra ropa, pero trato de reciclar tanto como sea posible, aunque todavía no está ni cerca de la medida en que lo hacían mis abuelos.
Al leer un artículo de Earth.org sobre el desperdicio de ropa, me sorprendieron algunas estadísticas:
1. Cada año se producen 92 millones de toneladas de residuos textiles
De los 100 mil millones de prendas que se producen cada año, 92 millones de toneladas terminan en vertederos.
2. Las emisiones globales de la industria de la confección aumentarán un 50% para 2030
Si nada cambia, las emisiones globales de la industria se duplicarán para finales de la década.
3. El número de veces que se usa una prenda ha disminuido alrededor de un 36% en 15 años
4. La industria de la moda es responsable del 20% de las aguas residuales mundiales.
El teñido y el acabado (los procesos mediante los cuales se aplican colores y otros productos químicos a los tejidos) son responsables del 3% de las emisiones globales de CO2, así como de más del 20% de la contaminación mundial del agua.
5. Se necesitan 20.000 litros de agua para producir un kilogramo de algodón.
Además de ser una enorme fuente de contaminación del agua, la moda rápida también contribuye al desperdicio de enormes cantidades de agua cada día.
6. Cada año se pierden 500 mil millones de dólares debido al uso de ropa interior y a la falta de reciclaje de la ropa.
El peor aspecto de nuestra imprudente cultura del descarte es que la gran mayoría de la ropa que se desecha cada año no se recicla. Gran parte del problema se debe a los materiales con los que está hecha la ropa y a las tecnologías inadecuadas para reciclarla.
7. Casi el 10% de los microplásticos dispersos en el océano cada año provienen de textiles.
8. 2,6 millones de toneladas de ropa devuelta terminaron en vertederos en 2020 solo en EE. UU.
La mayoría de los artículos que los consumidores devuelven a los minoristas terminan en los vertederos. Esto se debe principalmente a que a la empresa le cuesta más volver a ponerlos en circulación que deshacerse de ellos.
9. Las marcas de moda rápida producen hoy el doble de ropa que en 2000.
Me gustaría que Fitz & Willow ayudara a marcar una pequeña diferencia utilizando materiales que no utilizan productos químicos y, por lo tanto, no contaminan el medio ambiente, materiales que utilizan los recursos con cuidado (los cultivos de algodón orgánico necesitan mucha menos agua) y que también son producido éticamente. Realizamos todos nuestros diseños y nos asociamos con empresas de impresión bajo demanda (POD), lo que significa que ninguna de nuestras prendas se imprime hasta que se realiza el pedido, lo que ayuda a reducir el impacto medioambiental. Este enfoque, aunque puede tardar un poco más en llegar a usted, reduce significativamente la sobreproducción.
Las estadísticas sobre el impacto medioambiental de la industria de la moda son asombrosas. Sorprendentemente, sólo el 20% de los textiles se recolectan para su reutilización o reciclaje a escala global, lo que deja mucho que desear en términos de prácticas sostenibles.
Una de las preocupaciones más apremiantes es la prevalencia de materiales sintéticos en la ropa. Casi el 60% de toda la ropa está hecha de plástico, lo que agrava el problema de los microplásticos y la contaminación.
Las decisiones de compra bien pensadas ayudan a dar forma a un futuro más sostenible, uno en el que la sobreproducción dé paso a un diseño con propósito y el desperdicio sea reemplazado por un consumo responsable.
Estilo y sostenibilidad pueden coexistir. Entonces, al tomar su próxima elección de moda, considere el impacto que puede tener su decisión. Abrace el cambio hacia la producción bajo demanda y con un propósito, y únase al movimiento por un enfoque más sostenible y consciente de la moda. Tu guardarropa y el planeta te lo agradecerán.